Son muchos los retos que decidimos asumir los/las que nos dedicamos de forma profesional a la E.A., y empezando la casa por sus cimientos, el primero es el reconocimiento y definición de la figura profesional del Educador/a Ambiental. Sin lugar a dudas, el marco conceptual en que se desenvuelve la E.A. establece la necesidad de que todos/as podamos ser educadores/as ambientales, en la medida en que nuestro valores, actitudes y acciones, son referentes para la gente que nos rodea, y deben convertirse el verdadero motor del cambio educativo que se persigue. Pero sin dejar de lado esta consideración, la realidad del sistema socio-económico en el que nos desenvolvemos (precisamente ese que se pretende cambiar) hace necesario que la Educación Ambiental se convierta en una PROFESIÓN . De esta manera esos profesionales se convertirán en elementos clave, capaces de realizar el mantenimiento y puesta a punto de ese motor compuesto por los valores, actitudes y acciones de la gente. En ...