Ir al contenido principal

Educación ambiental para la prevención de incendios forestales

¿Cómo puede la educación ambiental contribuir a que la quema de rastrojos deje de provocar incendios?. Esa es la reflexión que me he planteado abordar en este post.

Tal y como vemos estos días en los medios de comunicación, el verano trae consigo un importante incremento en el riesgo de incendios forestales.

Son muchos los efectos asociados a un evento de este tipo, pérdida de fauna y de flora, aumento de la desertificación y/o desertización, daños a la salud humana a nivel físico y psicológico, etc., convirtiéndose en uno de los problemas ambientales recurrentes en nuestro territorio.

Hace unas semanas pude leer en Eco Lab un interesante artículo en el que se mencionaba la quema de rastrojos como una de las principales causas de incendios forestales, una información de la que discrepa ASAJA,  pero que se impone en forma de estadísticas.

En base a estos datos la educación ambiental puede ser un elemento de gran utilidad en la prevención de incendios, sobre todo si planteamos como público preferente de nuestras acciones a los agricultores y no al público escolar, que actualmente son los destinatarios de la mayoría de referencias que podemos encontrar.

Ajustando los criterios de búsqueda de infomación encontramos materiales como este, que ya plantean la necesidad de dirigirse a los agricultores, aunque no creo que sea adecuado al perfil de agricultor propio de nuestro ámbito territorial.

En España, el planteamiento de esta campaña con acciones dirigidas al sector agrario se aproxima a los criterios de eficiencia que estoy planteando, "Para ello, en colaboración con los sindicatos agrarios se ha editado un folleto que informa sobre los riesgos que supone la realización de estas quemas y proponiendo prácticas agrarias alternativas que no conllevan riesgos de incendios." 

Posiblemente esta sea una buena opción y aunque no he podido encontrar el folleto,  algunas de las consideraciones que podrían aumentar su impacto (y que probablemente refleje) serían:

1- Ajustar el lenguaje y el diseño gráfico del folleto al público destinatario. Estos aspectos que a simple vista pueden resultar obvios, se pueden perder por desconocimiento del argot apropiado en el primer caso, o por la imposición de estilos "de moda" en el segundo.

2 - Centrar el peso del mensaje en las prácticas agrarias alternativas que no conllevan riesgos de incendio, así como en las posibles ventajas que estas pueden aportar en determinados lugares.

3 - Adoptar un planteamiento positivo. Por ejemplo, un dato relevante podría ser el de que del 1 de octubre al 31 de mayo un incendio causado por una quema para la que se pida permiso se considera negligencia, pero esto mismo se convierte en intencionado cuando se hace sin avisar a las autoridades, con las correspondientes implicaciones legales. En este sentido la información puede transmitirse con un planteamiento tipo "Si no avisas delinques" o con el planteamiento "Tu ayuda es importante, avisa de tus quemas". La segunda opción seguramente tendrá mayor aceptación.

4 - Plantearse cuál puede ser el emisor del mensaje para maximizar su aceptación. Sin ánimo de infravalorar el trabajo realizado en este caso por una entidad como "Ecologistas en acción", el hecho de que esa marca esté detrás de la información intuyo que puede resultar contraproducente para la percepción de gran parte del público destinatario. Desde mi punto de vista, el caso ideal sería que las propias asociaciones agrarias fuesen las promotoras de la campaña.

5- Seleccionar canales de difusión pertinentes. La distribución de estos folletos en tiendas de maquinaria y materiales agrícolas, o junto a publicaciones como "Revista Jóvenes Agricultores", pueden ser buenas opciones.

6 - Finalmente, aunque un folleto sea una herramienta propia de acciones "informativas", se pueden ofrecer claves para aumentar su alcance "educativo".

Se me ocurre (seguro que hay ideas mejores por ahí) que la inclusión de aspectos de participación y gestión, además de fomentar el interés de asociaciones agrarias, puede convertir el proceso de información en uno de aprendizaje.

Para ello el folleto podría convocar a los agricultores a alguna asamblea en la que puedan transmitir a los gestores de las administraciones públicas sus opiniones sobre aspectos como, la posible pertinencia de permitir la quema controlada en periodos de prohibición y bajo determinadas circunstancias, o los motivos por los que es posible que no se avise de las quemas y/o se realicen en periodos de prohibición.

Ese tiempo y espacio serían una buena oportunidad para el contraste de opiniones, el aprendizaje y la obtención de información útil para la gestión, pero evidentemente es un evento con riesgos:
  • Que no vaya nadie… se podría reducir asociándolo a otro tipo de información que pueda ser de mayor interés, como la obtención de ayudas agrarias, o formas de mejorar del rendimiento económico de producciones. Aunque la resistencia al cambio en ese tipo de público puede presuponerse alta, quizás nos llevemos una grata sorpresa.
  • Que la cosa se vaya de las manos… aquí el papel del moderador/mediador de la asamblea, así como el diseño de las técnicas que se seleccionen, jugarán un papel decisivo en la reducción de riesgos.

Comentarios